Hola, avicultores y avicultoras . Si están leyendo esto, es porque aman a sus aves tanto como nosotros y quieren mantenerlas sanas y felices.
Hoy vamos a hablar de un tema serio, pero sin asustarnos: la Enfermedad de Newcastle. Sí, ese nombre raro que suena a ciudad ingles o a equipo de futbol. Esta enfermedad es causada por un virus (paramixovirus) que puede causar estragos. ¡Pero tranquilos! Con info clara y acción rápida, todo estará bajo control.
Piensa en un virus “todo terreno”: afecta a gallinas, pavos, codornices y hasta a pájaros de la calle. Es supercontagioso y se propaga por el aire, las heces, el agua contaminada, o incluso en la suela de tus zapatos..
Hay diferentes versiones (cepas) del virus: algunas son leves (como un resfriado con tos) y otras fulminantes (pueden acabar con tu parvada en horas). ¡Nada de subestimarlo!
El Newcastle es un maestro del disfraz, pero estos síntomas delatan su presencia:
🔔 Recuerda: Los síntomas cambian según la cepa. Ante la duda, mejor investigar.
Este virus no necesita pasaporte para viajar. Se mueve:
La buena noticia: sí puedes proteger a tus aves. Sigue estos pasos:
Si el virus ya llegó, actúa con cabeza fría:
1. Si tienes la posibilidad avisa a un veterinario (es clave para frenar la epidemia).
2. Aísla a las enfermas en un lugar lejano del resto.
3. Compostea o entierra profundamente (con cal) aves muertas (no las dejes al aire libre).
4. Limpia como nunca: Pisos, paredes, techos… ¡todo con desinfectante!
5. Revisa la calidad de los huevos y la salud de tus aves hasta que todo esté controlado.
La enfermedad de Newcastle no perdona, pero un avicultor preparado es un héroe sin capa para sus aves. Con vacunación, higiene extrema y ojos bien abiertos, tus aves vivirán felices y sanas.
¿Tienes más tips o preguntas? ¡Comenta y ayudemos entre todos! Y si este post te sirvió, compártelo con ese amig@ que también tiene gallinas. ¡Juntos somos más fuertes!
Si quieres aprender más sobre como prevenir a tus gallinas de esta y otras enfermedades, inscríbete a nuestro curso.
¡Hasta la próxima, avicultoras y avicultores!
Es como la enfermedad que luego llega y acaba con las gallinas del pueblo